Inspirada en la arquitectura vernácula del Valle de Arán, este proyecto explora una manera de diseñar basada en el uso de materiales y técnicas constructivas locales.

La privilegiada ubicación de esta vivienda en Garós, en el Pirineo español, evidenciaba la necesidad de dirigir el enfoque hacia el exterior para establecer una conexión con la naturaleza que la rodea.  Por un lado, la intervención se plantea en su conjunto como un marco sin estridencias que permite encuadrar y traspasar el límite de la fachada. Por otro lado, el hecho de utilizar y mantener los materiales autóctonos que provienen de ese mismo entorno natural, favorecen esa lectura continua e ininterrumpida interior-exterior. 

El sentido de pertenencia cobra una importancia crucial al tratarse de una vivienda que se habita en los meses de invierno con un clima muy frío. A través de la materialidad de la madera, el habitante conecta con una arquitectura matérica, la naturaleza y el concepto de refugio. Partiendo de los fundamentos de la arquitectura vernácula, damos respuesta a necesidades de índole climática y constructiva mediante el uso de recursos naturales básicos. El resultado del proyecto logra establecer un diálogo con su entorno al simplificar recursos tanto técnicos como estéticos.