El primer club internacional de Bund en México representa una extensión de la identidad de marca explorada en su emblemática tienda de Madrid, adaptándose a un nuevo contexto cultural. Este espacio en CDMX profundiza en las bases estratégicas y estéticas definidas por la sinergia entre lo formal y lo fluido, lo clásico y lo espontáneo, a través de un mayor contraste en múltiples aspectos: la materialidad, la gama cromática y la fluidez espacial.

La sobriedad asociada a la sastrería tradicional se manifiesta en los elementos principales, como las paredes y los suelos de madera oscura con mobiliario de exposición integrado. A su vez, la presencia sutil de elementos etéreos, como las cortinas o los detalles en acero inoxidable, lectura más efímera y casual, más ligera.

En el plano espacial, un primer conjunto de espacios interconectados conformado por la sala de entrada y espera, la zona expositiva y la sala de ventas, conducen, a través de un gran arco de madera, a los espacios privados, como las salas de prueba y las áreas auxiliares.